Muy poco, o casi nada, se puede salvar en el día de hoy del juego cadista desplegado en la eliminatoria en la que quedaba eliminado de Copa del Rey. Ante un rival muy inferior, colista de uno de los grupos de Segunda RFEF, los de Sergio González no han superado en ninguna de las facetas a la Arandina. A los burgaleses le bastaron las ganas y buscar los puntos débiles del equipo gaditano para llevarse la eliminatoria.

Y es que los males del Cádiz, a pesar del condicionante que significaba el estado del terreno de juego, se siguen reflejando en ambas áreas. En defensa un encuentro más se ha demostrado como un equipo débil y fruto de esa poca contundencia llegaron los dos goles. El primero de ellos a raíz de un saque de banda y el segundo en un centro al área que ya es un clásico en esta temporada.

En ataque más de lo mismo. El equipo sigue siendo incapaz de crear peligro. Los disparos a puertas son casi inexistentes y los pocos que se producen llevan poco o ningún peligro. En la segunda mitad se pueden contar prácticamente dos intervenciones del meta local a remates muy mansos.

Se sigue esperando mucho más de no pocos futbolistas como son los casos de Robert Navarro o Sergi Guardiola, que se suman a un Darwin Machis que hoy tampoco tuvo minutos a pesar de ir convocado, al igual que pasó en Vigo.