En 2008, Abraham Paz tenía la oportunidad de evitar el descenso del Cádiz CF al pozo en el Rico Pérez. Un penalti en el tiempo de descuento habría permitido al club amarillo un año de peregrinación por el desierto. No fue así, ya que la ejecución de la pena máxima, tras golpear en el palo, dio en la espalda del portero y salió por línea de fondo.

Ocho años después, en el mismo estadio, y en la misma portería, Dani Güiza marcaba el gol que acercaba al Cádiz CF, de manera definitiva, a la Segunda División. Después de aprovechar un resbalón del defensa, provocado por el excesivo riego del césped en esa zona, el delantero jerezano batía por bajo a Chema para sacar el arco con su afición y poner al equipo de la Tacita de Plata en La Liga 2.

Y así lo quiso el destino. En la misma ciudad, en el mismo estadio, en la misma portería. Así volvió el Cádiz a Segunda en 2016, así la abandonó el Cádiz en 2008. Se cierra el círculo.