Dos asistencias y pudo ser alguna más. La actuación de Salvi Sánchez en el Nuevo Arcángel fue sin duda una de las claves del triunfo amarillo en tierras cordobesas. El sanluqueño cuajo una primera media hora de ensueño entrando como cuchillo en mantequilla por su carril derecho y volviendo loca a la zaga local.

En la primera jugada del partido, a pesar de estar tapado por Josema y Pinillos, fue capaz de llegar a línea de fondo con el balón controlado y mandar un pase al corazón del área donde David Barral, de primeras y con su pierna derecha, hacía el primer tanto cadista. Un poco más tarde, misma zona y prácticamente mismos protagonistas. Pinillos no podía seguir de cerca una nueva internada más del gaditano y su pase al área tuvo que despejarlo un defensor para que Aitor García no marcara.

No acababa ahí la tarde de Salvi, pues pasada la media hora y tras un pase magistral de cabeza de Barral que le habilitaba para convertirse de nuevo en pesadilla de Josema. Llega hasta el lateral del área pequeña, levanta la cabeza y ahí ve llegar desde atrás a otra bala llamada Álvaro García. Pase al pie y gol.

No solo fueron esos los argumentos que presentó el extremo derecho en Córdoba sino que además aportó durante el tiempo que estuvo en el terreno de juego una buena dosis de esfuerzo y trabajo defensivo. Tanto que tuvo que pedir el cambio por un golpe de calor.

Un partido de diez para el siete amarillo.