
El colegiado del partido estuvo, desde el momento de su designación, en el punto de mira del Hércules a través de sospechas infundadas tal y como ocurriera con el que dirigiera el Cádiz – Oviedo de la pasada eliminatoria. Algo a lo que ya estamos acostumbrados en Cádiz en las últimas temporadas y que no pilla de nuevas ni al club ni al aficionado aunque llegue hastiar.
El partido de Carranza tuvo jugadas polémicas en una y otra área con decisiones más o menos acertadas por parte del trencilla. En la primera parte un centro al área que no logra atajar Chema y sí se hace con ella Garrido, siendo el vasco derribado por el meta visitante sin que nada se pitase. Posteriormente una contra del Hércules acabó con Chechu en el suelo ante la presencia de Óscar Rubio que le obstaculiza. Al igual que pasara en la primera jugada las protestas del futbolista no sirvieron para nada.
Llegaba el penalti a favor del Cádiz en un centro pasado y Atienza intentando que Servando no llegara al mismo. El central cadista acabó en el suelo y el colegiado señalaba la pena máxima.
Ya en la segunda mitad otro error arbitral privaba al Cádiz de una buena jugada que acababa en gol de Villar. El asistente fue en ese caso el que señalaba posición adelantada del onubense cuando ésta estaba habilitada de manera clara por Peña.