El técnico del Cádiz se lamentaba de los dos puntos perdidos en los últimos minutos pero en toda su intervención tras el partido ha reiterado la forma en la que su equipo ha dado la cara en todo momento en una situación tan adversa como quedarse con un jugador menos en los antes de la media hora. “El partido era nuestro y en una acción se nos ha escapado y sobre todo porque estar 70 minutos con diez, dando la cara y siendo mejor que el rival la sensación es agridulce. Pero estoy satisfecho por la cara del equipo. Ha sido una prueba de fuego cojonuda.”
 
Durante la semana ha insistido a los suyos de la importancia de saber competir, algo que el equipo ha hecho durante el encuentro en San Fernando. “Hasta el minuto 20 ellos no has pasado de medio campo. Ellos han hecho cinco faltas y nosotros dos faltas y uno a la calle. Setenta minutos con diez, con diez no hemos pasado ningún apuro. Estoy muy satisfecho con el rendimiento del equipo hoy, sobre todo sabiendo que tenemos mucho margen de mejora. Pero lo más importante es que quería ver cómo competía y ha tenido una actitud en todo momento sabiendo manejarse en situaciones complicadas”.
 
Explicó su expulsión y las malas sensaciones que le había dejado el arbitraje de Arroyo Cortés. “Lo que no me gusta es que desde un principio se dé la sensación de parcialidad. La de Kike no es expulsión y la mía, la primera amarilla sí por protestar de manera reiterada porque nos habían hecho cinco faltas y nos han echado a uno, en la segunda le digo que a un jugador nuestro le han dado un golpe en la cabeza y está en el suelo y que no se peude hacer el tonto en esas situaciones. Y me expulsa. Pero por la mía me da igual. Por mi equipo, por mi club, haré lo que haga falta siempre. Me da igual que sea en San Fernando o en la Luna. Me da igual”.

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