Nacho Limón se moja

Voy a hacer si me permiten un análisis muy personal de la situación actual que vive el Cádiz C. F. :

El 26 del pasado mes de mayo el presidente de la entidad cadista Antonio Muñoz Vera hacía oficial en rueda de prensa el nombramiento de Oliverio de Jesús Álvarez como nuevo técnico del equipo amarillo. Una apuesta del secretario técnico Alberto Benito respaldada por el consejo de administración. El ex futbolista renunciaba a su año restante de contrato y tomaba el mando de la plantilla. Primera experiencia y ante un reto harto complicado pues el objetivo manifestado por el máximo mandatario tras el descenso consumado en Getafe en esta presente temporada no era otro que el retorno a Primera División. Apuesta arriesgada e interesante económicamente para el club. Por tanto presidente y secretario técnico ya tienen parte de responsabilidad de la actual situación. Ellos deberán de tomar una determinación en próximas fechas si la cosa no cambia.


La plantilla del Cádiz C. F. se mantiene sin vender a ninguna de las piezas entendidas como claves para este nuevo proyecto. El mister ex compañero de sus actuales pupilos ha de olvidar amistades y rencillas existentes y manejar una tripulación revuelta desde la temporada pasada. Intenta implantar un nuevo sistema de juego que no acaba de convencer pese a conseguir dos victorias en las dos primeras jornadas de liga y haber ganado la 52 edición del trofeo Ramón Carranza. Su apuesta personal echa por tierra todo un trabajo de 4 años con un sistema que funcionaba. Además ciertos futbolistas los desubica en el terreno de juego, casos de Sergio Rodríguez pegado a banda siendo este organizador o a De Paula pegado a la cal en derecha. Eso sí, no se le puede achacar en ningún caso al cuerpo técnico su entrega, dedicación y trabajo diariamente en los entrenamientos. Un trabajo ensayado que no llevan a cabo sus futbolistas en días de partido, lo que  lleva a pensar que el técnico no aporta nada como inquilino del banquillo. En rueda de prensa y tras dar una pésima imagen, el técnico defendía lo indefendible, sin atacar en ningún momento la actuación de sus futbolistas. La sensación es que el mister se muestra justo con afán de ganarse al vestuario pero que es incapaz de controlar la situación. He aquí el mayor error del cuerpo técnico.

Vamos ahora con los intocables, con los máximos responsables a mi entender pero que, como bien han observado, no manifiesto que tengan toda la culpa de la situación. La división del vestuario la pasada campaña no era palpable a simple vista, aunque existía, desaparecía en el terreno de juego. La motivación que da jugar en la liga de las estrellas, una oportunidad única e irrepetible seguramente para muchos de ellos, muchos que hace apenas tres años jugaban en la Segunda División B, además de un mejor manejo de la situación por parte del cuerpo técnico, lograba que nada de esto pareciera ocurrir. Pero así era, con grupos bien diferenciados. El nombramiento de su ex compañero no sentó muy bien entre algunos, lógicamente aquellos con los que no había buena relación olvidaron el interés que les une a ellos, con la entidad y sobre todo, y sobre todo a los que llenan Carranza, a los que se hacen cientos de kilómetros por verlos vestir una camiseta, la amarilla, que su egoísmo y capricho no le hacen merecedores de llevarla en estos momentos. Reuniones y cónclaves de pesos pesados de la plantilla cuyo monotema es el desacuerdo con las directrices marcadas por el cuerpo técnico, por su ex compañero, que les lleva a deambular por el campo y a poner en bandeja la cabeza, como solución a la crisis, a una única persona en detrimento de unos cuantos a los que además costaría mucho dinero despedir. Los profesionales son personas ante todo, y en su tiempo de ocio son libres de hacer cuanto les plazca, pero andar a altas horas de la madrugada en día previo a un entrenamiento matinal tras dos derrotas consecutivas en liga, permítanme que les diga, pero no me parece de muy profesional. Importa el rendimiento en el campo, pero está claro que esto no lo mejora. Además en grupo, como si fueran a pasar de desapercibidos. Como decía antes, unos futbolistas que se tratan como dioses y a los que apenas se pueden criticar. No se les puede haber olvidado jugar al fútbol de repente…

Dicho esto, y lejos de preocuparme la respuesta de los intocables, si me preocupa perder credibilidad contigo. Si el equipo gana estos dos partidos, que es lo que deseo, y la cosa cambia será porque los propios futbolistas han cogido de verdad el toro por los cuernos y han guardado su egoísmo por el bien que nos une a todos. Pero creo que todo cuanto os he contado merecíais saberlo, merecíais la que es mi VERDAD de todo cuanto está sucediendo, y ahora, porque esperar al domingo tras dos hipotéticas derrotas sería apostar a caballo ganador.

Nacho Limón
El Mirador del Deporte, en Punto Radio Cádiz.