El Real Oviedo ha conseguido su pase a la final del playoff de ascenso a la Primera División tras empatar 1-1 en el Nuevo Carlos Tartiere contra la UD Almería, certificando un global de 3-2 que deja fuera al conjunto andaluz. Desde el pitido inicial se respiró tensión en un estadio repleto de cerca de 30.000 aficionados, conscientes de que la eliminatoria estaba en juego y deseosos de acompañar a su equipo en su lucha histórica por el regreso a la máxima categoría después de 24 años.
El Real Oviedo afrontó el partido con ventajas claras: el 1‑2 de la ida en tierras almerienses y la superior clasificación en Liga regular, lo que le permitía acceder a la final incluso con un empate, una derrota por la mínima o en caso de empate en la prórroga. Por su parte, la UD Almería se presentó con urgencias, necesitada de remontar y con la baja sensible de su goleador Luis Suárez y la duda del ataque Leo Baptistao.
Desde el inicio, los visitantes dominaron la posesión y cercaron la meta local, con llegadas protagonizadas por Nico Melamed y Arribas. En el minuto 21, una mano clara de Seoane dentro del área provocó un penalti transformado por Gonzalo Melero con un potente disparo al interior del pie, adelantando al Almería y emparejando el marcador de la eliminatoria (1‑1).
El Oviedo intentó sin suerte responder en la primera mitad. Hubo momentos de réplica, como un disparo de Alhassane detenido por Fernando, o remates de Alemao y Nacho Vidal que no encontraron portería, pero el dominio del Almería fue constante. Al descanso, el resultado dejaba la eliminatoria viva, pero la presión del conjunto andaluz aumentaba.
Con el marcador global igualado, Veljko Paunovic, entrenador del Oviedo, realizó un cambio estratégico tras el descanso: retiró a Seoane e introdujo a Santi Cazorla, capitán y alma del equipo, en busca de equilibrio y temple en el medio campo. Apenas comenzada la segunda parte, el experimentado centrocampista provocó una falta peligrosa en la frontal al ser derribado por Lázaro, y a los 49 minutos ejecutó un lanzamiento magistral: zurdazo potente colocado junto al palo largo, imposible para Fernando, que desató la explosión en el Tartiere (1‑1 en el partido, 3‑2 global).
Con ese tanto, Cazorla, de 40 años y 180 días, se convirtió en el jugador más veterano en marcar en un playoff de ascenso en la historia. El estadio estalló de emoción ante lo que podría significar un pasito más hacia el ascenso, celebrado entre lágrimas y euforia del veterano centrocampista.
El Almería trató de reaccionar, pero careció de puntería. Melamed golpeó un balón al larguero, y otros lanzamientos peligrosos rozaron el empate, aunque todos se toparon con la defensa local o el poste. El Oviedo, recuperado, comenzó a dormir el partido con control del balón y orden táctico.
En el tramo final, el Almería se lanzó con todo al ataque, generando centros al área y apretando en busca de un segundo gol. Sin embargo, encontraron una muralla en la zaga asturiana y en Escandell, autor de varias intervenciones destacadas que preservaron la ventaja. Un remate de Federico Viñas que había significado el 2‑1 para el Oviedo fue anulado por fuera de juego, lo que dejó el marcador inamovible.
Al pitido final llegó la liberación: 1‑1, celebración total en el Tartiere y el pase del Oviedo a su segunda final consecutiva de ascenso. La UD Almería, con méritos deportivos pero errores clave y falta de contundencia, concluye su sueño sin conseguir el pase. La afición andaluza, pese al apoyo entregado, se despide hallando consuelo en la actuación táctica pero sabiendo que toca reconstruir la plantilla para repetir intento la próxima temporada.
El Real Oviedo ya prepara la final, en estado de euforia y focalizado en lograr el ansiado ascenso que supondría su retorno a Primera veinticuatro años después, en su centenario. Su rival saldrá del enfrentamiento entre Mirandés y Racing de Santander, cuya eliminatoria está en empate tras un 3‑3 en la ida. La final comenzará con el partido de ida el domingo y la vuelta se disputará el sábado 21 de junio en el Carlos Tartiere.
El golazo de falta, el liderazgo de Cazorla, el ambiente en el estadio y la remontada táctica consolidan al Real Oviedo como firme candidato al ascenso. Para la UD Almería, el golpe ha sido duro, pero deja aprendizajes: la temporada todavía no termina y las heridas pueden curarse con soluciones planificadas.