El Cádiz CF ha protagonizado la peor temporada de cantera que se recuerda, con un batacazo en cadena que arrastra a cuatro de sus equipos a categorías inferiores. Una caída libre sin frenos que deja en evidencia la planificación del fútbol base y enciende todas las alarmas en la estructura del club.
El Cádiz CF Mirandilla, que venía siendo el principal escaparate de la cantera en categoría nacional, ha perdido su plaza en Segunda RFEF y competirá la próxima temporada en Tercera RFEF. Un retroceso que no solo duele por sí solo, sino que además ha arrastrado al Cádiz CF Balón, que se ve obligado a bajar a Primera Andaluza pese a no haber firmado los peores números.
Y ahí no acaba el desastre. El Cádiz CF Juvenil B también pierde su sitio y cae a Segunda Andaluza, rompiendo la progresión de una generación que debería estar peleando en niveles superiores. Pero el remate llega con el Cádiz CF Juvenil C, que desciende a Tercera Andaluza sin opción de maniobra, víctima también del efecto dominó.
Cuatro equipos. Cuatro descensos. Dos provocados directamente por los resultados y dos por arrastre. Un auténtico descalabro que cuestiona seriamente la dirección deportiva de la cantera cadista.
La temporada 2024-2025 deja un panorama desolador en el fútbol base amarillo y debería obligar a una reflexión profunda en el club.