El Cádiz CF encara la última semana de junio con el foco ya puesto en una pretemporada que se inicia en catorce días y que se antoja clave para cambiar el rumbo del equipo. En apenas unos días, Gaizka Garitano pondrá en marcha la maquinaria con el inicio de las sesiones de trabajo, en las que el aspecto físico será protagonista absoluto bajo el previsible calor andaluz. Será el primer paso para poner a punto a una plantilla que, de momento, cuenta con cuatro incorporaciones confirmadas: Suso, Sergio Ortuño, Joaquín González e Isaac Obeng. Y no se descarta que llegue algún refuerzo más antes del arranque.
Entre los movimientos ya cerrados destaca también la ejecución de la opción de compra sobre Bojan Kovacevic, una operación que refuerza el eje de la zaga. Otro asunto prioritario es la renovación de Álex Fernández, cuyo contrato expira en apenas una semana. El madrileño, señalado como pieza importante para Garitano, sigue sin definir su futuro, y el club deberá actuar con agilidad para que pueda integrarse con normalidad al regreso de las vacaciones.
Sin embargo, si algo urge por encima de las llegadas, son las salidas. El club tiene por delante la difícil tarea de aligerar una plantilla sobredimensionada, en la que varios futbolistas no entran en los planes del nuevo proyecto. Todos ellos con contrato en vigor, lo que obliga a explorar distintas vías: cesiones, rescisiones pactadas o, en última instancia, rupturas unilaterales que podrían acabar en los tribunales. Nada se descarta a estas alturas.
En esa lista de jugadores con la puerta de salida abierta figuran nombres como José Antonio Caro, Fali, Rubén Alcaraz, Escalante, Brian Ocampo, Rubén Sobrino, José Matos o Fede San Emeterio. Una nómina que podría ampliarse o reducirse según evolucionen las circunstancias del mercado.
La rapidez en la toma de decisiones se antoja vital. Y es que uno de los errores de la pasada temporada fue iniciar la pretemporada con un grupo en el que abundaban los descartes, lo que dificultó enormemente la construcción de un bloque competitivo desde el primer minuto. En resumen, iniciar la pretemporada con jugadores que no cuentan entorpece la preparación táctica, condiciona el ambiente y retrasa la formación del equipo real. Por eso, aligerar la plantilla antes de arrancar es una necesidad. Para evitar repetir esa situación, el trabajo de la dirección deportiva en los próximos días será, sin duda, intenso y determinante.