Víctor Aznar volvió a ponerse bajo palos con el Cádiz CF en el Carlos Tartiere y firmó su segundo encuentro oficial en liga con el primer equipo en un contexto que, más allá del resultado final, deja espacio para la esperanza en la portería cadista. A sus 21 años, el guardameta ha aprovechado las oportunidades en este tramo final de la temporada, ganándose la confianza del cuerpo técnico por delante de Caro tras la baja por lesión de David Gil, que fue operado de rodilla.
El joven portero respondió con firmeza ante un Real Oviedo que llegaba con el aliciente de luchar por el ascenso directo. Aunque encajó dos goles, su actuación estuvo marcada por varias intervenciones de mérito. En el primer cuarto de hora del partido desvió por encima del larguero un potente disparo de Hassan. Más adelante, evitó el 3-1 justo después del tanto de Nacho Vidal, reaccionando con agilidad al rechazar con el pie un nuevo intento de Hassan. Antes del descanso volvió a intervenir para frenar un remate de Paraschiv. En la segunda mitad, sostuvo al equipo en varias fases del juego, destacando su temple bajo presión.
Aznar ha respondido con seguridad, reflejos y temple en sus dos apariciones, dejando una imagen más que solvente pese a la derrota en Oviedo. En una temporada complicada para el Cádiz CF, la irrupción del guardameta cordobés deja abierta la puerta a un futuro ilusionante en la portería amarilla.