El Cádiz afronta su segundo partido consecutivo fuera de casa y lo hace en Tenerife, un rival al que no diferencia Álvaro Cervera con respecto al anterior, el Rayo Vallecano y al que da la misma o más importancia si cabe. “Sabíamos que estas dos salidas son muy difíciles, a diferencia de la posición que cada equipo ocupa en la clasificación. Son dos equipos buenos como locales, aunque los números sean diferentes. Hemos empatado la primera visita con un resultado bueno, el que pudimos sacar algo más, y ahora vamos al segundo. Aunque en la clasificación parezca una cosa, será otra”. De otra cosa de la que no se fía es que el entrenador contrario esté cuestionado. “Cuando escuchas mucho movimiento en el equipo contrario puede ser para bien o para mal. Nos encontraremos un equipo que quiere remontar la situación”.

El Cádiz tendrá ausencias y también varios son los jugadores con los que no podrá contar Garai para enfrentarse a los amarillos. “Ellos tienen la baja de Luis Milla, Aitor Sanz que es una baja muy importante, y luego hay jugadores que entrenan como Malbasic, Luis Pérez... Los dos equipos tenemos bajas importantes”, afirmaba el entrenador cadista. En definitiva, no espera un partido fácil. “Ir a Tenerife siempre es un problema por el equipo que tiene. Ir a Tenerife a jugar al fútbol no es un sitio cómodo. Si el partido no sale de cara, habrá ciertos murmullos. Todo eso lo utilizarán para reforzar a su gente”.

Eso sí, en lo personal siempre es un partido que le retrae a gratos recuerdos. “Ya pasó mucho tiempo desde que me fui. Tengo familia, amigos y es una semana especial. Ir a la isla siempre es bonito”.

El equipo es líder y se intenta que la regularidad sea la tónica habitual en los resultados. Algo que Cervera avisa no es fácil de lograr. “Nosotros tenemos que mirar que en el fútbol pueden cambiar las cosas. Si esto sigue con normalidad, el equipo tendrá regularidad y se ajustarán las cosas en la tabla, pero no tenemos nada asegurado”.

De lo que sí está seguro es la confianza que todo el vestuario tiene en lo que hace. “A diferencia de otros años, es que si tienes en el vestuario 3, 4 o 5 jugadores que dudan de algo, las cosas pueden salir o no. Este año hay una fe ciega de lo que hay que hacer y en lo que no se tiene que hacer, que es lo más importante. Nosotros somos mejores que muchos no haciendo cosas”.