El Cádiz CF ha sido señalado públicamente tras el despido de Juan Antonio Rosa García, conocido como ‘Chino’, quien ha difundido un comunicado para dar su versión de los hechos y expresar los motivos que, según él, han provocado su salida del club. El documento detalla una cronología de episodios que el extrabajador define como acoso laboral, castigos sistemáticos y marginación dentro de la entidad. Según su relato, estas situaciones comenzaron tras su aparición en un reportaje televisivo y culminaron el 9 de junio de 2025 con la entrega de una carta de despido por motivos disciplinarios -tres faltas muy graves y anteriormente dos faltas muy graves con suspensión de empleo y sueldo-.
A continuación, se reproduce íntegramente el comunicado de Juan Antonio Rosa 'Chino':
Desde hace más de dos años estoy sufriendo bullying y maltrato laboral. Esta historia comienza cuando sale el reportaje que realiza 'Lo que el ojo no ve' de Canal Plus. Se ve a determinadas personas le mal que me dieran protagonismo en este programa y comienza la persecución hacia mí.
Siendo responsable de las cantinas y del mantenimiento del Estadio Carranza, sale este reportaje y me destituyen de las cantinas dejándome solo el mantenimiento.
Posteriormente, sin previo aviso, me destinan al Rosal cuando mi contrato es en el Estadio Carranza, sabiendo que no tengo medios para desplazarme.
En el Rosal somos 7 de mantenimiento, todos con turno rotativo y cuando llego yo ponen a todos fijos de mañana y a mí fijo de tarde, cuando en el Carranza siempre estaba de turno de mañana.
El antiguo responsable de mantenimiento del Rosal, Antonio García, me dijo textualmente que "me ponía a cortar hierba para aburrirme". Este señor vino procedente del Sevilla FC como muchos otros.
Comienzan a denegarme vacaciones cada vez que las pido, sea en la fecha que sea.
Para continuar con las humillaciones y vejaciones me quitan la taquilla y me hacen que ponga mi ropa en el carro de la compra que uso para llevar las cosas de mantenimiento, sin dejarme acceder a los vestuarios que utiliza el personal. Me dejan sin llaves de las instalaciones estando solo en las mismas.
Con todo lo relatado anteriormente, cojo una gran depresión, teniéndome que asistir una ambulancia en las instalaciones del Rosal tras sufrir un ataque de ansiedad. Esto desencadena en una baja de larga duración, durante la cuál me despidieron, obligándome a denunciar, saliendo sentencia favorable por despido nulo. El club, es decir Vizcaíno y Contreras la han recurrido, encontrándose pendiente de sentencia firme del TSJA.
Estando de alta, sale la sentencia de despido nulo y se ven obligados a incorporarme. Al principio me vuelven a incorporar en las instalaciones del Rosal, pero para putearme me meten en los solares de Delphi, sin las más mínimas condiciones de salubridad, sin luz ni agua y completamente solo, sin siquiera un guardia de seguridad que cuando llegué el primer día sí lo tenían contratado, pero lo quitaron dejándome solo.
Lo denuncio y llega el Inspector de Trabajo y de manera inmediata comunica al Club que allí no me podían tener, teniéndome que indemnizar por maltrato.
Me incorporan de nuevo al Rosal y continúa de manera más agresiva el acoso laboral. En este momento me llaman de recursos humanos y me ofrecen que si retiro la denuncia y dejo al abogado de Quique Pina me van a mejorar mis condiciones laborales.
Como no acepto a ellos, el señor Vizcaíno estando cumpliendo mis funciones de abastecer de agua al primer equipo, de manera agresiva y dando gritos delante de más personas, incluyendo jugadores de la primera plantilla como por ejemplo, Fali, me echa de allí y repetitivamente me dice a gritos "ahora llama a tu amigo Quique Pina y me denuncia". Aquí me llega el primer parte disciplinario.
En ese momento y delante de todos los presentes, dejó claro que el principal problema que tiene conmigo, es que me está defendiendo el abogado de Quique Pina, el enemigo público número 1 de Vizcaíno y Contreras.
A partir de ese momento no me deja acercarme a la primera plantilla, pudiendo atender solo a la cantera.
Comienza el acoso por parte de Benito y Lobon, encargado de instalaciones y encargado de mantenimiento del Rosal respectivamente. Hacen ver que no cumplo con mis funciones, mintiendo en ello, ya que demuestro en varios correos adjuntando fotografías probando el trabajo que realizo.
Llega la DANA y envían a todos los trabajadores a su casa excepto a mí que tengo que ir al Rosal en mi horario de tarde. Pongo un correo diciendo que la responsabilidad si me pasa algo es de Benito, y por ese motivo me ponen el segundo parte disciplinario.
No quiero dejar de reflejar que todo esto está orquestado por Contreras que es el que obliga a los responsables de mantenimiento a acosarme.
Durante este 2025, con las continuas vejaciones, aunque he intentado aguantar porque no quería dejar el club de mi vida, la depresión y ansiedad se agrava y me vuelven a dar de baja.
Durante este periodo, llega la Semana Santa, y con aprobación de mi médico salgo en procesiones. Quien me conoce sabe que es otra de mis grandes pasiones.
Me dan de alta, y pido unos días de vacaciones para aclararme y al final dejar al abogado. Me deniegan la semana completa, pero se pone en contacto Vizcaíno conmigo y me da tres días de vacaciones citándome el miércoles 4 de junio para hablar, ya que le dije que iba a ceder en sus intenciones porque ya no podía más.
El miércoles, día que tengo que acudir a la reunión con Vizcaíno, caigo enfermo, no pudiendo asistir dicha reunión ni al trabajo hasta el lunes 9 junio.
Publican el domingo 8 de junio una entrevista explicando el acoso que realiza de manera denigrante a los trabajadores el señor Contreras, donde sin miedo dan mi nombre.
Después de ver la publicación, el lunes 9 de junio, con todo el temor por las posibles represalias que pudiera tener, me incorporo a mi puesto de trabajo, y transcurrido un par de horas de mi jornada laboral, se presenta personal de recursos humanos para darme la carta de despido por motivos disciplinarios. No eran infundados los temores que tenía.
Estos son los tres partes disciplinarios que reflejan en su carta de despido, como siempre engañando.
Consiguieron echar a otro más de los trabajadores cadistas, que verdaderamente sienten y aman la entidad. Han sido más de 25 años ligado a este club.
Otros se fueron en silencio, pero yo no voy a consentir que sigan ensuciando mi persona y espero que esto sirva para que mis compañeros no sufran el acoso que he estado sufriendo. Espero que salgan más trabajadores valientes, que corroboren las vejaciones que sufre el personal por parte, sobre de Contreras, ya que por miedo a las represalias no se atreven a hablar y menos a denunciar.
Solo me queda agradecer todos los mensajes de apoyo de multitud de cadistas que estoy recibiendo y el apoyo de la prensa.
Quiero dejar claro que aunque me hayan despedido, no van a conseguir que deje de querer al Cádiz hasta la muerte. Como dice la canción, "como Cadista te jure estar contigo, siempre contigo, hasta que me muera".
Salud, cadismo y libertad.