Los vecinos de Hanau han visto cómo sus calles se llenan de color gracias a las rampas de Lego construidas por Rita Ebel, conocida como la ‘Lego Oma’. La mujer de 62 años, que utiliza silla de ruedas desde que sufrió un accidente de tráfico hace 25 años, comenzó a fabricar estas estructuras para facilitar el acceso a comercios y viviendas, convirtiéndolas en un atractivo turístico del municipio. Sus rampas, levantadas con miles de piezas de Lego, se han instalado en distintos negocios y hogares, despertando el interés de visitantes y medios internacionales.
El proyecto nació tras conocer la iniciativa ‘Menschen in Hanau’, donde Ebel se inspiró en el trabajo de Corinna Huber en Bielefeld. Con instrucciones en mano y el apoyo de su marido, inició la construcción de las primeras rampas pese a la desconfianza inicial de algunos comerciantes. “Los dueños me decían que podía llamar a la puerta y me ayudarían a entrar, pero una persona en silla de ruedas quiere independencia”, explicó. Su insistencia acabó convenciendo a los vecinos, que aceptaron las estructuras como una solución práctica y llamativa.
Uno de los mayores retos fue reunir las piezas necesarias. Ebel detalló que “conseguir los Legos es lo más difícil, porque la mayoría de personas no quiere desprenderse de ellos”. Para una rampa de 15 centímetros se requieren unos 8 kilos de bloques. La mujer abrió canales en redes sociales pidiendo donaciones y logró la colaboración de vendedores y familias. Su casero incluso le cedió un sótano adicional para almacenar el material acumulado.
El 25 de junio de 2019 entregó su primera rampa al periódico local ‘Hanauer Anzeiger’. En apenas diez meses ya había fabricado veinte. Entre ellas destaca la que instaló en casa de Mona, una niña de 5 años con paraplejía espástica hereditaria. Sus padres habían intentado construir una con Lego Duplo sin éxito, y Rita decidió viajar dos horas y media para entregar personalmente una rampa personalizada con temática de ‘Frozen’, donde aparecen Elsa y Olav. La pequeña recibió la estructura con entusiasmo y su familia aseguró que la iniciativa también ayudó a que su colegio infantil hablara con otros niños sobre la discapacidad.
Ebel ha diseñado rampas con motivos de ‘Buscando a Nemo’, osos de gominola para una tienda de dulces y personajes de los cuentos de los hermanos Grimm, ya que Hanau es su ciudad natal. “Una madre voluntaria sugirió añadir figuras de cuentos, y desde entonces cada rampa tiene un motivo propio”, señaló. Sus creaciones no solo sirven a usuarios de silla de ruedas, también benefician a familias con carritos de bebé y a personas con problemas de visión, que distinguen las rampas a distancia por sus colores vivos.
Hoy, varios comercios del municipio reciben visitas de clientes que quieren ver de cerca las obras de la ‘Lego Oma’. “Algunos adolescentes se tumban junto a las rampas para hacer fotos en Instagram”, comentó.