Siempre es especial un duelo entre Rayo Vallecano y Cádiz CF, dos clubes hermanados por sus aficiones cuyos respectivos caminos se han vuelto a cruzar en la división de plata. Será también un partido especial para el actual guardameta del conjunto cadista, Alberto Cifuentes, que regresa a la que fue su casa durante dos años.

Alberto llegó a Vallecas con 26 años, procedente del RCD Mallorca, donde no consiguió jugar un solo minuto en la máxima categoría del fútbol español. Su misión no era otra que rescatar al Rayo del pozo de la Segunda División B, no consiguiéndolo en ninguno de los dos años. Cifuentes fue titular indiscutible en sus dos temporadas como rayista, bajo las órdenes de Míchel y Pepe Mel, y llegó a coincidir con jugadores que también vistieron la zamarra cadista como Pedro Baquero o Sergio Pachón.

Muchos recordarán en la localidad madrileña aquel gol encajado en Talavera tras haberse recorrido todo el campo para celebrar un gol, aunque también recordarán que paró un penalti en la eliminatoria de ida ante el Eibar, no viéndose recompensado su buen hacer en el encuentro de vuelta en Ipurúa.

Entonces dio el salto individual a la Segunda División firmando por el Salamanca, prosiguiendo su carrera en el Real Murcia, La Hoya Lorca, el fútbol polaco y el Cádiz CF. Ha sido en el cuadro amarillo en el que Cifuentes, a sus 37 años, ha resurgido como portero siendo parte importante del ascenso del club de la Tacita de Plata y siendo el titular indiscutible del cuadro de Cervera.

El domingo regresa a la que durante dos años fue su casa, su barco. Vuelve al estadio que le vio madurar como portero. Regresa el navegante que nunca quiso dejar la mar, y qué mejor manera que una Ciudad como Cádiz para continuar siendo ese bucanero que se forjó en el pintoresco Campo de Fútbol de Vallecas. Cualquiera podría decir que su destino lo escribió el mismísimo Poseidón.